jueves, 29 de octubre de 2009

La Obra de Dios es la Coordinación de la Autoridad.

La Obra de Dios es la Coordinación de la Autoridad.

Nadab y Abiú actuaron aparte de Aarón; en consecuencia, actuaron independientemente de Dios. La obra de Dios debía coordinarse bajo la autoridad: Dios quería que Nadab y Abiú sirvieran bajo la autoridad de Aarón. Notemos en el Nuevo Testamento cómo Bernabé y Pablo, Pablo y Timoteo, y Pedro y Marcos trabajaron juntos. Algunos tenían responsabilidades mientras otros ayudaban. En su obra Dios pone a algunos para estar en autoridad junto con otros que deben estar bajo autoridad. Dios nos llamó a ser sacerdotes según el orden de Melquisedec; por consiguiente, debemos servir a Dios según el orden de la autoridad coordinada.
El que desordenadamente levanta su cabeza y actúa en forma independiente está en rebeldía, la consecuencia de lo cual es la muerte. Todo aquel que trate de servir sin tener primero un encuentro con la autoridad, ofrece fuego extraño. Cualquiera que diga “Si él puede, yo también”, está en rebelión. Dios no sólo cuida de ver que haya fuego, sino que también esta muy interesado en prestar atención a la naturaleza del fuego.

La rebelión cambia la naturaleza de un fuego. Lo que no había sido ordenado por Jehová ni por Aarón era fuego extraño. Lo que Dios busca no es el sacrificio sino mantener la autoridad. Por consiguiente, los hombres deben aprender a ser seguidores, a desempeñar un papel secundario para siempre.

En el trabajo espiritual todos deben servir coordinadamente. Muchos tratan hoy de servir a Dios en forma independiente. Jamás han estado sujetos a la autoridad y sin saberlo pecan contra la autoridad de Dios.

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